16 de marzo de 2011

Nos Volveremos a Ver II

2ºparte

Después de haber pasado cuatro terribles días sin ni una visita a mi “santuario” dando vueltas en mi casa tratando de ocupar mi cabeza con frivolidades para distraerme; pasando las clases de largo, estaba harta y estresada, y sentada en mi pupitre decidí pasar por ahí directamente después de mis clases mientras jugueteaba con la goma de borrar entre mis dedos sin prestar casi atención a la lección. Lo había estado evitando por miedo a cruzarme con Santiago de nuevo… porque me sabia su nombre como si fuera el de mi hermano?... además después de todo porque me avergonzaba y reprimía por un simple desconocido?!. Me fastidiaba mucho  esa sensación.
Cuando sonó la campana del fin de la jornada, tome mi bolso negro y lo cruce sobre mi hombro  acomode mi pelo mientras comenzaba  a avanzar hacia afuera del colegio directo a aquel parque, esquivando a los alumnos que caminaban demasiado lento comenzando a impacientarme, demasiado ansiosa, hasta que al fin comencé a caminar en soledad a excepción de unas pocas personas que pasaban por ahí. Ya conocía muy bien el camino y mientras  avanzaba un poco más lento el frio viento me helo las manos  por lo que estire un poco más las mangas de mi cárdigan para cubrirme los dedos. Un par de metros más…
Levante mi vista con las mejillas algo frías y unos cabellos rebeldes sueltos sobre mi rostro, ese era mi lugar especial; mi “santuario”, corrí hacia una banca para sentarme con un suspiro.
Era feliz de nuevo podía volver a tener aquella dosis de paz y tranquilidad mental que tanto me faltaba. En mi casa todos iban y venían, corrían, gritaban, peleaban por idioteces… acá no, acá solo tenía sensaciones bellas.
Pero había algo diferente hoy, algo estaba raro. Revise el resto del parque con mis ojos buscando alguna diferencia notable, no la había, tampoco era el clima, amaba el frio… Entonces qué?...
No lo pensé mas, hoy solo quería relajarme un poco nada más. Mirando aquel cielo ya algo apagado por el horario, con algunas nubes finas y alargadas; oyendo el ruido de las hojas siendo revueltas por los arboles.
Pasaron un par de horas, y la sensación de que algo no encajaba se volvía de una pequeña molestia a algo que ya me quitaba la paciencia cuando vi que una gota mojaba mi jean azul oscuro que me había puesto hoy temprano. Fue en eses momento que algo me hizo clic adentro y no me gusto lo que descubrí.
Me puse de pie, tome mi bolso y comencé a  transitar el camino a casa mientras la lluvia comenzaba a nacer y mojaba mis rizos rojizos dándole un tono más oscuro que me hacían ver más pálida, como un fantasma. Caminando por el parque con las manos en los bolsillos del cárdigan  me costaba admitirlo pero estaba realmente incomoda. Lo que me sucedía era que me sentía en un principio perseguida, pero a la vez ansiosa, realmente lo esperaba. Pero no, había sido mera coincidencia y era estúpido esperar que pase de nuevo. Además… porque?... solo era alguien sin importancia, que no conocía, un idiota más seguro.
Ya estaba en el borde opuesto del lugar, cabizbaja mucho más mojada a causa de la lluvia que caía más fuerte. Entonces pise como  es mi costumbre de una forma para nada hábil una pequeña roca saliente del césped húmedo lo que provoco mi inevitable caída de trasero en todo lo mojado del pasto.
-Mierda!!... – maldije gritando mientras me corría los cabellos del rostro y resoplaba un poco- Esto me pasa solo a mí…
-Tal vez si prestaras más atención a tus pasos sería distinto, no crees?... Quieres ayuda?
Frente a mi vi un par de zapatos negros, y cuando alce la vista; era ese rostro que hacía falta hace un rato para que todo encajara. Con sus blancos y largos dedos de su mano extendidos hacia mí, acompañado de una media sonrisa  con los cabellos sobre el rostro sosteniendo un paraguas negro. Entonces recordé sus palabras.
-Porque no te dejas de aparecerte por ahí opinando sobre mis habilidades de concentración?
Dije fastidiada y ruborizada
-Es un simple consejo- dijo sonriendo aun con la mano extendida hacia a mí, lo que hizo que me dé cuenta de que seguía en el suelo mojado, por lo que me puse de pie.
-Nadie te lo pidió- dije cruzando los brazos pero él me tomo del hombro y me atrajo hacia él para abrazarme contra su pecho debajo del paraguas con el brazo libre.
-Te vas a resfriar- me reto de una forma en la que no parecía así realmente, me quede tiesa sin poder reaccionar.
En ese momento maldije en mi fuero interno de nuevo porque sabía exactamente lo que me estaba sucediendo.
-Todavía no se tu nombre…- El interrumpió el hilo de mis pensamientos
-Ra... Rachael
-Un gusto Rachael- dijo con dulzura sonriendo- sabes? Eres todo un caso…
La sangre me hirvió.

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