"Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu con sentimiento."
Eleanor Russell
12 de octubre de 2011
9 de octubre de 2011
Cita
"Mientras no poseí más que mi catre y mis libros, fui feliz. Ahora poseo nueve gallinas y un gallo, y mi alma está perturbada.
La propiedad me ha hecho cruel. Siempre que compraba una gallina la ataba dos días a un árbol, para imponerle mi domicilio, destruyendo en su memoria frágil el amor a su antigua residencia. Remendé el cerco de mi patio, con el fin de evitar la evasión de mis aves, y la invasión de zorros de cuatro y dos pies. Me aislé, fortifiqué la frontera, tracé una línea diabólica entre mi prójimo y yo. Dividí la humanidad en dos categorías; Yo, dueño de mis gallinas, y los demás que podían quitármelas. Definí el delito. El mundo se llena para mí de presuntos ladrones, y por primera vez lancé del otro lado del cerco una mirada hostil."
Rafael Barrett.
La propiedad me ha hecho cruel. Siempre que compraba una gallina la ataba dos días a un árbol, para imponerle mi domicilio, destruyendo en su memoria frágil el amor a su antigua residencia. Remendé el cerco de mi patio, con el fin de evitar la evasión de mis aves, y la invasión de zorros de cuatro y dos pies. Me aislé, fortifiqué la frontera, tracé una línea diabólica entre mi prójimo y yo. Dividí la humanidad en dos categorías; Yo, dueño de mis gallinas, y los demás que podían quitármelas. Definí el delito. El mundo se llena para mí de presuntos ladrones, y por primera vez lancé del otro lado del cerco una mirada hostil."
Rafael Barrett.
8 de octubre de 2011
Recuerdo
Caminando por las calles, veo las pequeñas baldosas con sus plantitas entre medio de sus juntas. el aire frió y húmedo que rosa mi rostro trae emociones hermosas a mi corazón. Los aromas. La tierra humedecida por la lluvia, todo eso, logra que viaje en mi memoria hacia bellos tiempos. a lugares lejanos. Me trae paz
30 de septiembre de 2011
Por que
PORQUÉ en este día tan especial tuvo que pasar, sobre mi cayo toda LA REALIDAD
Causa de un pensamiento al azar.
A mi corazón ya NO LO PODÍA NEGAR. Era verdad, lo sabia, lo odiaba, y esa puerta ya no la pude cerrar más. Y aun peor, esta revelación solo SIRVIÓ para abrir una nueva HERIDA en mí. Que me parte en dos, dejándome vacío. Atándome las manos. Nada me quedo, mas que conformarme con tu PRESENCIA a la DISTANCIA, auque estemos tan cerca, en el mismo sito. Yo solo podía MIRAR, nada más. Tu perfume respirar.
Todo esto tenía que DISIMULAR, para no correr el riesgo de separarnos más, mientras por mi garganta un nudo se formaba cuando te observaba con otras personas parlotear.
Pero cada vez que NEGABAS mi tacto casual, sin ninguna intención, abrías otra llaga más que QUEBRABA mi interior. Solo puedo soportar, por nuestro bien. Por tu franco mirar.
AGUANTAR mis ganas de ABRASARTE. De perderme en tus ojos. De BESARTE; para conservar esta fraternidad, aunque solo con mis brazos me bastaría rodearte un instante de mi vida, SERIA FELIZ NO LO DUDES, pero se que no pasara o la respuesta no me animo a encontrar, por miedo a la verdad.
Y lo único que me queda al final es estar A TU LADO. Disfrutar de tu maravillosa SONRISA, aunque desee que FUERA MÍA, que fuese para mí, pero prefiero que la INOCENCIA y la IGNORANCIA me mantengan a tu lado. A que por un paso mal jugado ya no me quieras aquí. TE AMO solo as
Reflexion 2
La impotencia de no poder ser lo que uno es…
Produce debilidad;
Provoca tristeza… Te sume en las sombras
Y te quita la vida.
Amor-Dolor
Sigo sangrando por vos
Por ese amor
Tan intenso, tan enfermo
Que me daña hasta lo más profundo de mí
Y aun así no consigo imaginar mi existencia
En su ausencia
Aunque me rompa a la mitad
Me hace sentir vivo
Aunque habrá un hoyo en mi pecho
Me hace sentir real
Y las consecuencias no me importan
Mi alma ya no me pertenece
Mi cuerpo tampoco
Me encuentro vacío, ausente
Y las consecuencias ya no me importan
Los demás tampoco
No tiene sentido lo se
Pero sigo sangrando por vos
Y así hasta el día en que moriré.
Sueño
La ultima visión antes de acostarme
La nada
Todo vacío encontraba
Siempre solo por la madrugada
Solo tenía el calor de mi almohada
Pero bastaba?
La respuesta si la sabía
Aunque nunca me la diría
Seria demasiado
Seria confirmarlo
Asentarlo con un puñal
Y el pecho destrozado
Una lágrima se escapo, solo una
Como su creador
El sueño me esperaba
Mi único consuelo
Era ese mundo de magia
Donde con alguien compartía el resto de la mañana
Donde mi cama llena estaba.
Estar
Que es mi vida?
Pregunte
Nadie respondió
Sabía que era solo uno más del montón
Frágil y solo
Sin un apoyo, sin nadie a quien recurrir
Porque no terminar, pensé
Pero el coraje no tenía
Aun apreciaba algo mi vida
Por lo menos el cielo esperaba
Fuera mi recompensa por semejante cruz
Pero eso nadie me lo aseguraba
Que mas da, solo resistir me pedían
Algo que si podía
Porque cada día lo hacia.
Soledad
Nunca supe si esto era real
Nunca supe despertar
Ni distinguir la verdad
A mi nadie me lo enseño
Y solo fui yo
Mi propio tutor
De experiencias vanas me nutrí
Esperando que alguien venga hacia mi
Que alguna persona me quite el dolor
Pero ese día jamás llego
Y hoy me pregunto, que será de mi?
O si mi destino es la simple
Anulación
No estoy seguro
Esperanzas me quedan
Mas nada puedo hacer
La soledad me desespera
Cada día
Cada noche
Cada cumpleaños que asecha
La soledad me desespera.
Deseos de Despedida
Solo te voy a decir que espero encuentres la felicidad.
Y que algun dia rompas tu cadenas, para volverte libre. Sin considerar a los demas, sin pesares.
Se que es dificil, se que todos va a estar en contra tuya, pero me tenes de tu lado siempre.
Siempre alguien te va a tirar abajo, pero te vas a levantar.
Siempre se cruzaran en tu camino personas mal intencionadas, pero no las vas a escuchar
Siempre te encontraras con algún que otro idiota, nada te podrán hacer
Siempre hallaras enemigos en tu camino, los vas derrotar lo se
Ya nada mas puedo hacer, creo que nunca pude, pero lo intente.
Solo voy a esperar, observando y cuidando de que aquel momento llegue.
El momento en que vos brilles. Y ya nada te pueda detener.
Hasta entonces, te veré en las sombras de la esclavitud.
Con las manos atadas, pero el corazón latiendo
Para vos mis mejores deseos, y un adiós.
Reflexion 1
El AMOR existe en todas las formas, y es una de las fuerzas equilibradotas del universo, es por eso que trasciende el genero, raza, especie, origen, plano y razón; uniéndolo todo. Y hasta que la humanidad entera no reconozca y acepte sin reparos esta verdad nunca tendrá paz ni elevara su existencia a un nuevo nivel. No será LIBRE.
Aunque casi no me conoscas
No tengo porque perdonar tu pasado, eso es tarea tuya para que puedas seguir adelante.
Tus errores no me interesan.
Olvida lo que otros te dijeron en momentos malos, lo hacian solo para herirte.
Quedate con los buenos momentos, y no dejes que nadie te ate ni extorcione en contra de tu voluntad.
Piensa en anteriores de forma linda.
Ve el mañana como una nueva posibilidad. No te cierres nunca a nada, te podrias arrepentir de no haber apostado a ello.
Nada es por mera casualidad.
Creo que podes hacerlo si te lo propones.
Se feliz. Sea conmigo o sin mi, No importa.
Solo hazlo. El tiempo pasa; lo se, te apoyare en lo que sea, siepre que no te lastime.
Y no te preocupes por mis sentimientos, se las consecuencias, ya me han lastimado lo suficiente. Y de mis cicatrices aprendi.
Aqui voy a estar, si quieres te ayudo. Pero el verdadero trabajo duro solo vos y solo vos lo puede hacer, creeme gustoso lo haria en tu lugar, pero no funciona asi.
Solo te puedo decir "te quiero" y esperar estes comigo o no a que encuentres Paz
Tus errores no me interesan.
Olvida lo que otros te dijeron en momentos malos, lo hacian solo para herirte.
Quedate con los buenos momentos, y no dejes que nadie te ate ni extorcione en contra de tu voluntad.
Piensa en anteriores de forma linda.
Ve el mañana como una nueva posibilidad. No te cierres nunca a nada, te podrias arrepentir de no haber apostado a ello.
Nada es por mera casualidad.
Creo que podes hacerlo si te lo propones.
Se feliz. Sea conmigo o sin mi, No importa.
Solo hazlo. El tiempo pasa; lo se, te apoyare en lo que sea, siepre que no te lastime.
Y no te preocupes por mis sentimientos, se las consecuencias, ya me han lastimado lo suficiente. Y de mis cicatrices aprendi.
Aqui voy a estar, si quieres te ayudo. Pero el verdadero trabajo duro solo vos y solo vos lo puede hacer, creeme gustoso lo haria en tu lugar, pero no funciona asi.
Solo te puedo decir "te quiero" y esperar estes comigo o no a que encuentres Paz
27 de abril de 2011
Nos Volveremos a Ver IV
4parte
Hacia una semana desde que Santiago y yo nos encontrábamos de forma total y completamente conciente en el parque para pasar nuestros preciados momentos de ocio y paz juntos, por supuesto, hoy no seria la excepción. Ese simple pensamiento me bastaba, para que mis clases se convirtieran en un simple y borroso recuerdo que se esfumaba casi al mismo tiempo que iban sucediendo en mi mente.
No me importaba en lo mas mínimo solo quería salir de aquel frío e impersonal edifico, ser libre. Para eso solo me quedaban escasos minutos que decidí gastar garabateando la esquina de una de las hojas de mi cuaderno de matemáticas, puesto que seria lo mas productivo que llegaría a realizar en esa materia en todo el año.
Ni bien termino de sonar la campana de salida ya había recogido todos mis libros en el morral y colocado mi cardigan color rojo oscuro sobre mi blusa negra con puntilla, lista para salir de ahí cuanto antes, evitando los obstáculos que suponían los demás alumnos habidos de sociabilizar, algo completamente ajeno a mi carácter y para lo que no tenia tiempo ni ganas en absoluto.
Así emprendí de nuevo aquel conocido camino a mi “santuario” aunque debería decir “nuestro”, transitándolo lentamente con cada ves mas ansiedad mientras pasaba por entre los árboles ya sin hojas y mientras el cielo se tornaba lavanda una vez mas.
Un fino aroma a florecillas silvestres se filtro por mi nariz junto con una fría brisa revoloteando los pocos cabellos sueltos que se habían escapado de mi hebilla haciéndome cosquillas en las orejas, cuando alce mi mirada hacia la banca de siempre donde me esperaba pacientemente de espaldas a mi. Con esa simple visión frente a mi sentí como el rubor subía por mis mejillas de nuevo, sensación que todavía me incomodaba, y termine de dar los escasos pasos que faltaba para encontrarnos de nuevo.
En cuanto Santiago escucho el sonido de mis torpes pasos, supuse, se giro hacia mi con el rostro encendido en una hermosa sonrisa mientras se ponía de pie para recibirme con una calido abrazo. Sus largos y blancos brazos me envolvieron al instante haciendo me sentir vergonzosamente segura, mientras procuraba no pisar sus lustrosos zapatos negros, y olisqueaba disimuladamente su perfume en el cuello de su camisa negra. El solo parecía presionarme más contra su cuerpo a la vez que hundía su cara en mi cabello, era algo peculiar como siempre me daba la sensación de que se despedía de mi todo el tiempo, pero siempre era abrumado por el fuego en mis mejillas y la poca concentración que me dejaba su presencia desde que había aceptado muy a mi pesar que de alguna extraña manera el significaba algo para mi aun sin haberlo dicho en voz alta pues no me atrevía todavía, en el fondo me fastidiaba ser así.
-Hola- dijo en un suspiro como si le faltara el aire
-Hola- respondí algo torpe- como estas?
-Pues bien… ahora que te veo más tranquilo- y finalizo con una pequeña sonrisa picara
-Y eso porque?- de que se preocupaba tanto, ni que fuera una zona tan insegura pensé
-Lo que pasa es que… no se –dudo mientras revolvía un poco su oscuro cabello y miraba sus pies, incluso creí reconocer algo de rubor en su pálida piel-
-Estar sin verte mucho tiempo; me produce malestar… suena raro; no se si entiendes- finalizo mirando hacia su izquierda perdiendo sus oscuros ojos en el horizonte y colocando sus manos en los bolsillos de su pantalón.
Su declaración tan repentina, tan simple, me había tomado por sorpresa, y tarde unos segundos en reaccionar, asegurándome de no hacer un movimiento en falso y tropezarme o algo quedando como una estupida como siempre, eso solo lo hizo ponerse mas tenso desde mi punto de vista por lo que respondí como pude mientras comenzaba a juguetear con un mechón de cabello.
-No- dije- Osea si… si entiendo a mi me pasa algo muy parecido cuando no te veo en mucho tiempo- dije mientras sentía que mi pulso llegaba a mis oídos.
-Oh…- Alcance a oír en un suspiro. Y alce mi rostro encontrando justo nuestras miradas con el paso de otra brisa más fuerte más helada, y más… perfumada removiendo nuestros cabellos y ropas. Simplemente nos acercamos el uno al otro; cuando mi móvil comenzó a sonar estridentemente; y toda mi romántica construcción de la realidad se desmorono.
-Carajo!- casi grite, mientras Santiago me miraba tratando de no reírse; casi estuve a punto de insultarlo a el también por eso, pero al ver el mensaje en mi teléfono el cambio en mi expresión debió haber sido tal que el mismo se puso extremadamente serio.
-Me tengo que ir dije sin ánimos, mientras me daba media vuelta y el me acompañaba unos pasos-
-Pero que paso? , algo grave?- comenzó a interrogarme, lo que me ponía incomoda y fastidiosa
-No- dije sin expresividad en mi voz mientras cerraba los botones del cardigan caminado hasta que me detuvo a la fuerza y me coloco frente a el.
-Que pasa?- sus ojos demostraban tanta tristeza, tanta preocupación a la vez que acariciaba mis mejillas con su pulgar, y ambos descubrimos que había comenzado a llorar.
-Nada, no pasa nada, son cosas de mi casa, pero no es nada grave... –dije sin convicción-
-Entonces porque lloras?, te puedo aliviar?- casi sonaba alarmado mientras tomaba con ambas manos mi rostro
-No, nadie pued…
Simplemente callo mis palabras con sus labios, de una forma dulce y apasionada al mismo tiempo que mi ultimo par de lagrimas se escurría por entre nuestras facciones, dando paso a que mi respiración se volviera mas agitada y solo me preocupara tenerlo mas cerca de mi como fuera posible, cosa que parecía no molestarle en lo mas mínimo, acariciando mi espalda con una de sus manos y tomándome por la nuca con la otra. Mi piel quemaba, y sentía su sabor en mi tan agradable, dulce. Anonadada por las sensaciones, sin saber bien que hacer. Ni como reaccionar. Sintiendo algo en el centro de mi cuerpo que no podía describir. Tomándolo del cabello…
Aunque en ese momento estaba en el cielo, no podía escapar de mi cruel castigo. A duras penas junte toda mi voluntad y débilmente nos separe el uno del otro para despedirme sin decir nada. Santiago simplemente se limito a sonreírme de forma algo forzada mientras acomodaba un mechón de mi pelo detrás de mi oreja, solo eso.
Emprendiendo mi viaje de nuevo a casa, cruzando los brazos en mi pecho, vigilando mis pasos para no caerme en la oscuridad; sintiéndome mal, por no poder haber estado mas tiempo a su lado, por no haber podido siquiera hablar un poco; de no haberle dicho que no me podía ayudar en nada, amenos que pudiera curar la esquizofrenia de mi madre.
16 de marzo de 2011
Nos Volveremos a Ver III
3ºparte
Ya era tarde. Estaba tirada en mi cama todavía protestando, llena de rabia hacia Santiago, lo peor era que ni siquiera le había podido hacer pagar por su pequeña broma para nada graciosa, solo atine a ponerme roja como de costumbre y salí caminando a duras penas de ahí bajo la lluvia conservando la poca dignidad que me quedaba.
-Idiota- suspire una vez más girando en mi cama.-Idiota- dije de nuevo llena de vergüenza. De pronto vi mi reloj en la mesa de noche lo que me devolvió a mi realidad actual.
Tenía que bajar a resolver fuere lo que me encontrara en la planta baja de mi casa, pero hoy no quería, no podía, debía…
-Tienes que hacerlo Rachael, debes; cuentan contigo- me dije a mi misma para infundirme ánimos mirando el empapelado de mi habitación de color beige con pequeñas lilas como si fuera a liberarme de mis cargas. No lo podía posponer más y baje lentamente aquellas ruidosas escaleras de madera oscura.
Fueron dos días, poco productivos, y para nada satisfactorios, en los que no había vuelto a mi pequeño refugio en el parque. Y hoy me encaminaba hacia allá, con ciertas expectativas que me reusaba a admitir para mí misma mientras transitaba aquel conocido camino.
El colegio seguía su curso normal y sin sobresaltos, con sociabilidad nula, y poca retribución a mi espíritu, solo esto me quedaba. Y lo amaba demasiado como para dejarlo por demasiado tiempo. Ya a pocos pasos de mi banca predilecta, rodeada de arboles que daban pequeñas florecillas de color lavanda me di cuenta de que esta vez sería algo diferente a las demás, porque cuando alce mi vista de mis zapatos, los cuales vigilaba de cerca para no tropezar, vi a Santiago vestido con una camisa blanca, un pantalón color caqui y la corbata floja, sentado en el otro extremo del parque con las piernas cruzadas ambas sobre el banco viendo al vacio.
Aun a esa distancia pude notar, no sé por qué, a la vez que enroscaba un mechón suelto de mi pelo con los dedos, que su semblante estaba perturbado y algo… triste. Me sorprendió un poco, pero más me tomo por sorpresa como en mi pecho se formaba un nudo lleno de angustia. Me resistí, no lo podía aceptar, ni lo iba a hacer. Simplemente me limite a sentarme a leer unos de mis libros favoritos, con el fin de distraerme y relajarme, disfrutar como antes de aquel mágico lugar para mí desde hace mucho ya, rodeada de naturaleza y serenidad.
Fue un esfuerzo en vano, de vez en cuando lanzaba pequeñas miradas por sobre las algo amarillentas páginas de mi novela para ver si continuaba ahí, y así era, aun con su expresión contrariada. Estuve un buen rato de esta manera, hasta que nuestras miradas se cruzaron y un escalofrió recorrió toda mi espina dorsal, en cuanto que a él pareció como si un rayo lo hubiera atravesado por el rostro y lo hubiese iluminado con un resplandor dorado y una enorme y perfecta sonrisa llena de afecto.
-No- me ordene a mí misma, a la vez que contenía mi rubor y escondía mi cara de nuevo en el libro. Otro rato paso sin que nos viéramos hasta que no pude soportar de nuevo, mi voluntad flaqueo; volví a ver hacia su dirección. Ahí estaba, aun triste, y me resultaba doloroso muy a mi pesar.
Suspire –Bien... hazlo, que mas da- me dije; entonces me quite la hebilla del pelo que sostenía un rodete, que molestaba por lo tirante; deje caer mi cabello ondulado hacia los costados, coloque un marcador en la novela, tome mi morral y avance hacia donde se encontraba sentado Santiago mientras que mi camisola blanca con pequeñas motitas rojas se removía por el viento.
Cuando llegue a su lado el corto la llamada en su celular y lo coloco en el bolsillo de su pantalón, y sus refinadas facciones parecieron iluminarse de nuevo, resplandeciendo con una sonrisa picara. Fue cuando comencé a sentir el rubor; como lo odiaba por eso.
-Hola- dije cortante, ya de mal humor arrepintiéndome de estar ahí parada.
-Hola- respondió con amabilidad y un entusiasmo escondido bajo la voz
-Solo pasaba a saludar, y… no sé; saber si te encontras bien…- dije forzada
-Pues… Eso es algo que te interesa?- me dijo con algo que me pareció burla mientras sonreía como un niño pequeño e inocente, algo que me irrito más, porque siempre conseguía sacarme de compostura?, nadie podía, solo él.
-La verdad, NO, solo lo decía porque me parecía lo menos que podía hacer después de que vos me ayudaste ese día en que estaba mal- dije casi gritando toda colorada. Mentirosa me dijo una voz en mi interior.
-Bueno gracias pero no me debes nada, yo solo lo hice por… no sé, algo me llevo a hacerlo, a ir a tu lado- sonrió un poco mas- pero no quiero que te sientas en deuda por eso…
-Está bien yo…- su celular comenzó a sonar de nuevo interrumpiendo mis palabras, Santiago se limito a mirar el numero y corto.
-Me tengo que ir- articulo cada palabra como una disculpa mientras se revolvía un poco sus oscuros cabellos y me miraba a los ojos. La ansiedad me invadió de nuevo cuando dio su primer paso lejos de mí.
-Espera!- dije sin pensarlo y lo tome por el codo -no te vayas todavía, no-
En un segundo había tirado todas mis cosas al suelo para detenerlo, por verle a los ojos, sabía que era eso; lo sabía muy bien, no me gusto confirmarlo pero tampoco lo podía evitar. La expresión de Santiago pasó de la sorpresa en un segundo a la satisfacción y la alegría en otro. Sonriendo me abrazo muy fuerte.
-Rachael- dijo mi nombre entre mis cabellos.Nos Volveremos a Ver II
2ºparte
Después de haber pasado cuatro terribles días sin ni una visita a mi “santuario” dando vueltas en mi casa tratando de ocupar mi cabeza con frivolidades para distraerme; pasando las clases de largo, estaba harta y estresada, y sentada en mi pupitre decidí pasar por ahí directamente después de mis clases mientras jugueteaba con la goma de borrar entre mis dedos sin prestar casi atención a la lección. Lo había estado evitando por miedo a cruzarme con Santiago de nuevo… porque me sabia su nombre como si fuera el de mi hermano?... además después de todo porque me avergonzaba y reprimía por un simple desconocido?!. Me fastidiaba mucho esa sensación.
Cuando sonó la campana del fin de la jornada, tome mi bolso negro y lo cruce sobre mi hombro acomode mi pelo mientras comenzaba a avanzar hacia afuera del colegio directo a aquel parque, esquivando a los alumnos que caminaban demasiado lento comenzando a impacientarme, demasiado ansiosa, hasta que al fin comencé a caminar en soledad a excepción de unas pocas personas que pasaban por ahí. Ya conocía muy bien el camino y mientras avanzaba un poco más lento el frio viento me helo las manos por lo que estire un poco más las mangas de mi cárdigan para cubrirme los dedos. Un par de metros más…
Levante mi vista con las mejillas algo frías y unos cabellos rebeldes sueltos sobre mi rostro, ese era mi lugar especial; mi “santuario”, corrí hacia una banca para sentarme con un suspiro.
Era feliz de nuevo podía volver a tener aquella dosis de paz y tranquilidad mental que tanto me faltaba. En mi casa todos iban y venían, corrían, gritaban, peleaban por idioteces… acá no, acá solo tenía sensaciones bellas.
Pero había algo diferente hoy, algo estaba raro. Revise el resto del parque con mis ojos buscando alguna diferencia notable, no la había, tampoco era el clima, amaba el frio… Entonces qué?...
No lo pensé mas, hoy solo quería relajarme un poco nada más. Mirando aquel cielo ya algo apagado por el horario, con algunas nubes finas y alargadas; oyendo el ruido de las hojas siendo revueltas por los arboles.
Pasaron un par de horas, y la sensación de que algo no encajaba se volvía de una pequeña molestia a algo que ya me quitaba la paciencia cuando vi que una gota mojaba mi jean azul oscuro que me había puesto hoy temprano. Fue en eses momento que algo me hizo clic adentro y no me gusto lo que descubrí.
Me puse de pie, tome mi bolso y comencé a transitar el camino a casa mientras la lluvia comenzaba a nacer y mojaba mis rizos rojizos dándole un tono más oscuro que me hacían ver más pálida, como un fantasma. Caminando por el parque con las manos en los bolsillos del cárdigan me costaba admitirlo pero estaba realmente incomoda. Lo que me sucedía era que me sentía en un principio perseguida, pero a la vez ansiosa, realmente lo esperaba. Pero no, había sido mera coincidencia y era estúpido esperar que pase de nuevo. Además… porque?... solo era alguien sin importancia, que no conocía, un idiota más seguro.
Ya estaba en el borde opuesto del lugar, cabizbaja mucho más mojada a causa de la lluvia que caía más fuerte. Entonces pise como es mi costumbre de una forma para nada hábil una pequeña roca saliente del césped húmedo lo que provoco mi inevitable caída de trasero en todo lo mojado del pasto.
-Mierda!!... – maldije gritando mientras me corría los cabellos del rostro y resoplaba un poco- Esto me pasa solo a mí…
-Tal vez si prestaras más atención a tus pasos sería distinto, no crees?... Quieres ayuda?
Frente a mi vi un par de zapatos negros, y cuando alce la vista; era ese rostro que hacía falta hace un rato para que todo encajara. Con sus blancos y largos dedos de su mano extendidos hacia mí, acompañado de una media sonrisa con los cabellos sobre el rostro sosteniendo un paraguas negro. Entonces recordé sus palabras.
-Porque no te dejas de aparecerte por ahí opinando sobre mis habilidades de concentración?
Dije fastidiada y ruborizada
-Es un simple consejo- dijo sonriendo aun con la mano extendida hacia a mí, lo que hizo que me dé cuenta de que seguía en el suelo mojado, por lo que me puse de pie.
-Nadie te lo pidió- dije cruzando los brazos pero él me tomo del hombro y me atrajo hacia él para abrazarme contra su pecho debajo del paraguas con el brazo libre.
-Te vas a resfriar- me reto de una forma en la que no parecía así realmente, me quede tiesa sin poder reaccionar.
En ese momento maldije en mi fuero interno de nuevo porque sabía exactamente lo que me estaba sucediendo.
-Todavía no se tu nombre…- El interrumpió el hilo de mis pensamientos
-Ra... Rachael
-Un gusto Rachael- dijo con dulzura sonriendo- sabes? Eres todo un caso…
La sangre me hirvió.
Nos Volveremos a Ver
Era un hermoso atardecer con sus nubes color lavanda y el sol que comenzaba a ocultarse en un resplandor color naranja; la poca brisa que se escurría por las ramas de los árboles me hacia cosquillas en mis humedecidas mejillas y adhería algunos de mis rojizos cabellos a mi rostro.
Ahí estaba yo; sentada en medio de la pequeña plaza apartada y oculta entre edificios y casas, tratando de huir de los desastres de mi hogar, si es que lo podía llamar así, pues ya no lo sentía como mío. Allá solo reinaba el caos. En este, lugar aquí en este banco, solo había paz.
Hacia unos meses ya que había descubierto este pequeño oasis en medio de la atareada ciudad, siempre vacío y desde entonces nunca mas lo pude dejar. Todas las tardes después del colegio volvía a mi pequeño refugio a calmar mi mente y escapar de mis penas, sentía como el suave balanceo de las copas de los árboles y el dulce pero muy sutil perfume de las flores silvestres me limpiaban desde lo mas profundo de mis raíces. Me sentía plena por unos momentos.
A veces me preguntaba que hacia ahí sola sentada viendo la nada y derramando un par de lágrimas, pero la verdad era, que yo era una chica demasiado tímida y no tenía amigos por montón como se supone para mi edad. La mayor parte del tiempo no me importaba, pero en ciertas ocasiones se volvía difícil.
La brisa se volvió un poco mas fuerte y revolvió mis cabellos alrededor de mi cara por lo que los tome con ambas manos y los aparte todos hacia un costado sobre mi hombro izquierdo, mientras el sol terminaba de ponerse sobre mi vestido arrugado.
Ya era hora de regresar al mundo real, y mientras me alistaba mentalmente para partir, una mano con un pañuelo del color del vino se extendió ante mí.
Alce mi rostro con recelo para ver de quien se trataba, era un joven de cabellos negros y brillantes que caían en flequillo hasta casi cubrir sus oscuros ojos. Estaba esbozando una media sonrisa a modo de consuelo y disculpas mientras seguía con el pañuelo frente a mí.
-Tómalo- me dijo con una vos suave como si se estuviera dirigiendo a un pequeño
-Gra...gracias- apenas pude articular mientras tomaba su pañuelo y me limpiaba un poco la cara talmente avergonzada de que aquel extraño me haya encontrado en ese estado
-Estas bien?- me pregunto algo preocupado por su expresión
-Si, lo estoy gracias
-No parece así, te lo podes quedar- dijo mientras rechazaba su pañuelo de vuelta- se que no es mucho pero te lo obsequio si cambias es cara-
-Disculpame, pero yo no te conozco… o sí?-empecé a tironear de mi cabello. Era un completo extraño para mi y comenzaba a desconfiar, a la vez que se me aclaraba un poco la mente, embotada por la vergüenza y la sorpresa-
-Pues la verdad es que no nos conocemos, pero no es la primera vez que te vi, siempre venís por acá no es cierto?- pronuncio curioso mientras revolvía su pelo con la mano izquierda-
-No, y no deberia hablar con vos, no te conozco… así que… disculpa pero me voy
Me puse de pie con mucho cuidado evitando no tropezarme como siempre, acomode un poco mi vestido y partí hacia mi casa; o comencé a hacerlo mientras avanzaba lentamente por el parque. Pero sentí que alguien me tomaba del hombro derecho.
Cuando gire por reflejo, ahogue un grito al ver que tenía a aquel chico demasiado cerca de mi rostro invadiendo mi tan preciado espacio vital. Me asusto, me enfureció, y me avergonzó aun más! Mientras trataba de quitar las manos de mi boca y no gritarle.
-Me olvidaba, no me presente- dijo al sonreír un poco, o así me pareció- soy Santiago, espero verte de nuevo.
-N.. N… NO cuentes con ello –alcance a decir a la vez que me di la vuelta y apresure mi paso a casa. Y como era de esperarse en mí; en el apuro trastabille con mis propios pies casi terminando en el suelo.
Solo por estúpida curiosidad vi en dirección a Santiago para darme cuenta que en su cara parecía ocultar una risa, y en ese instante mientras me erguía del todo sentí como el rubor me invadía. Apure el paso, por suerte mi casa no estaba lejos de ahí.
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